Un terreno destinado al cultivo ofrece una oportunidad valiosa para la producción de alimentos esenciales, como vegetales, frutas, granos y legumbres. Este tipo de uso no solo garantiza una fuente continua de productos frescos y nutritivos para el consumo humano, sino que también puede ser una fuente significativa de ingresos a través de la venta en mercados locales y más amplios.

Un terreno utilizado para el pastoreo de ganado proporciona múltiples beneficios, incluyendo la producción de carne, leche, queso, lana y otros productos derivados del ganado. El pastoreo controlado no solo maximiza el uso de estas tierras, sino que también contribuye a la fertilización natural del suelo mediante el estiércol del ganado, mejorando así su fertilidad y estructura. Además, la gestión adecuada del pastoreo puede mantener la salud del ecosistema local, prevenir la erosión del suelo y fomentar el desarrollo económico de las comunidades rurales a través de la diversificación de ingresos.